Tío querido. Te escribo tarde y rápido desde Barcelona. Estás muy presente en mi vida, en cantidad de recuerdos, y también en la guitarra amiga, que vos tanto querés. Se me viene a la cabeza una frase que me dijo mi papá, del Che: "Hay que endurecerse sin perder nunca la ternura". Yo lo veo en vos, en tu vida. Esa coherencia, ese compromiso y esa lucidez que no apaga la ternura.
Te mando un abrazo fuerte desde Barcelona.
Te quiero mucho,
Martín.
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