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miércoles, 3 de agosto de 2011

De Victor S

POR LA VIDA, FELICES 60 ADRI.

Recibí el correo de Lucía invitándome a participar en tu blog de los 60, sumergido en un gélido y triste verano español con 40 grados de temperatura y un cielo brillante que no se podía apreciar ni disfrutar porque cinco millones de desocupados no permitían ver el sol. Decenas de amigos y conocidos están perdiendo sus empleos o cierran sus empresas en un clima de tristeza y de quiebra económica y política en la que nadie sabe lo que hay que hacer y en la que parece que el único camino posible es la indignación

…..Y de repente el correo de Lucía se abrió paso entre las nubes y me señaló el sol. Sonreí. No hizo falta ver el reflejo de mi rostro en la pantalla del ordenador para saber que podía reírme a carcajadas, podía imaginar el gozo que me producía solo pensar en los 60 años en la vida de Adri. Adri, un tipo excepcional…

¿Porque me producía tanta alegría pensar en los 60 de nuestro amigo?, La tristeza y la mediocridad de esta España rica, pero sumida en la desesperanza, contrastaba con la claridad y serenidad en la mirada de Adrián que le reconozco desde que nacimos, porque nuestra relación se remonta a esos días originales de agosto-septiembre del 51.

Claridad en la mirada…Transparencia, optimismo y valor, mucho valor al servicio de un punto de vista siempre diferente, generalmente único y de lógica aplastante. Mi sensación es que con unos cuantos como él en España resolveríamos el problema con esfuerzo, por supuesto, pero seguros de nuestro éxito. ¿Porqué tanta certeza?

En el memorial de las Brigadas Internacionales que lucharon en la guerra de España, hay una inscripción que dice “Ellos fueron porque sus ojos abiertos no pudieron ver otro camino” Adrián tampoco. Formó parte de una generación comprometida, que tenía como objetivo simplemente y en resumen una vida digna y que hoy, cuando se cuestionan fuera de contexto los métodos de aquellos años, se me aparecen aquellas miradas que, como la de Adri, no pudieron ver otro camino. Por eso “Ellos fueron”.

“No soy lo suficientemente joven para saberlo todo”, dejó escrito el autor de Peter Pan, J.M.Barrie. Dejé de habitar el mismo trozo de cielo que Faigón a los 26 años. Casi simultáneamente partimos como tantos, él a Israel, yo a España. Estábamos en la edad en la que, como Peter Pan creíamos saberlo todo. Pero lo que yo aún no sabía es que en ese primer cuarto de siglo fundacional de nuestras vidas se había labrado una relación tan sólida, capaz de soportar que en los siguientes 35 años sólo nos viéramos con cuentagotas, algunos minutos por navidades.

Y, sin embargo aquí estamos. Siempre consideré a Adrián como mi hermano. Era el hijo perfecto para mi padre, en tanto que para mi, el padre perfecto era el suyo. Sentía a su familia como propia y mi casa era la suya. Es el hombre más inteligente que conocí, dueño de una ternura extraña y de una palabra austera. De una coherencia infinita que lo obliga a “vivir como piensa para no tener que pensar como vive”.

Es un buen judío y un gran hombre, con el que me gustaría seguir caminando juntos “hasta que el camino se diluya……”

Querido Adrián, LEJAIM, y como se dice en estas tierras españolas A POR LOS PRÓXIMOS 60!!!!!!!!!!!

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